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Magda Díaz
Cuernavaca, Morelos; 4 de agosto de 2023. Por orden de un juez de la Ciudad de México, este viernes, en un hecho sin precedentes, se detuvo a un fiscal morelense.
Durante más de cinco horas, personal de la Secretaría de Marina (Semar), la Comisión Estatal de Seguridad (CES) y agentes de Investigación de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) cumplimentaron una orden de aprehensión en contra del titular de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Morelos, Uriel Carmona Gándara.
El operativo en una primera instancia se desplegó en la avenida Cuauhtémoc, sitio en el cual se detuvo a las unidades del convoy del fiscal para dar cumplimiento al mandamiento judicial que emitió un juez de la capital del país, sin que éste fuera localizado el interior de las mismas.
Ante este escenario, el operativo se trasladó a las calles Copalhuacán y Prolongación Del Arco en el poblado de Amatitlán, vialidades que permanecieron resguardadas durante todo el despliegue policiaco.
Horas previas a su detención, el fiscal morelense dio entrevistas a diversos medios nacionales en las cuales aseveró que su detención no es factible toda vez que cuenta con fuero constitucional.
A las dos de la tarde con 42 minutos, la patrulla que se ubicó en la calle Copalhuacán con avenida Atlacomulco se movió y permitió el paso al convoy de unidades, tras la detención del fiscal general estatal, quien fue trasladado a instalaciones del Centro de Coordinación, Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo, para su certificación y entrega a autoridades de la Ciudad de México; al sitio arribó una unidad aérea de la Semar, para trasladar al fiscal morelense a un reclusorio de la capital del país.
El coordinador general de Asesores y vocero de la Fiscalía General del Justicia de la Ciudad de México, Ulises Lara López, explicó que la detención del fiscal de Morelos surgió luego de su probable participación en delito cometido contra la procuración y la administración de justicia.
A Uriel Carmona se le atribuyen declaraciones falsas en el caso de la joven Ariadna Fernanda «N» en particular, puesto que obstaculizó la investigación sobre este hecho, lo cual generó violencia estructural al anotar que la mujer murió por una broncoaspiración, lo cual afectó la memoria de la víctima.