El chipil, un alimento de esta temporada

Yerbas en la cocina tradional
Yerbas en la cocina tradional

Por Elsa Castorela Castro

En la temporada de lluvias, la tierra produce alimentos nutritivos que nacen de manera natural y por generaciones han germinado para la alimentación de la gente que vive en las zonas rurales, una de esas plantas son los chipiles, que se encuentran en los terrenos de cultivos entre finales de junio y los primeros días de julio.

Los chipiles son una verdura parecida a la alfalfa y solo se comen las hojitas; es un vegetal con alto valor nutricional, un alimento que preparan las mujeres en la dieta campesina, según datos, son ricas en calcio, hierro, tiamina, rivoflavina y ácido ascórbico

La bióloga Edith Antonio Olea, originaria de Xoxocotla, Puente de Ixtla, se ha dedicado –como ella dice– a conocer el mundo. En sus recorridos ha intercambiado el conocimiento académico con el popular, tanto en su comunidad como en otras regiones, y da cuenta de la tradición del consumo de los chipiles, que es un platillo tradicional de este poblado indígena, del cual ella es originaria.

De acuerdo a su experiencia, Edith Antonio Olea aseguró que los alimentos tradicionales, oriundos de su comunidad, se han conservado gracias a las mujeres que por generaciones los han cocinado y experimentan formas de preparación.

Como de los chipiles solo se consumen las hojas, éstas se ponen a hervir, cuando logran su cocción, se escurren, se desintegran, se baten y se les agrega sal y limón y chile; se pueden comer con frijoles chinos, que se producen localmente.

El chipil es considerado un quelite, palabra del vocablo náhualt quilitl que significa verdura tierna comestible, cuenta con un olor característico muy penetrante; su sabor es tan fuerte como el epazote.

Existen datos que el chipil es bueno para reducir el estrés, ayuda el crecimiento, repara los tejidos y la producción de hormonas, enzimas y anticuerpos. Es importante en la recuperación de pacientes con anemia y una fuente rica en proteína.