Fue realizado en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca donde se exaltó su capacidad como conversador, con un sentido del humor tan suyo, exigente con su trabajo y su gran legado fotográfico
Cuernavaca, Morelos; 20 de mayo de 2024.- Su inteligencia, agudeza, sinceridad, extraordinario conversador, con un sentido del humor tan suyo, negro en muchas ocasiones, perspicaz, exigente con su trabajo y con quienes colaboraban con él, dedicado, sin dobleces, siempre acompañado de su cámara Leica, que fue cómplice de su perspectiva y mirada únicas del entorno, que no dudo en inmortalizarlo en sus fotografías, es como familiares y amigos evocaron al Maestro Adalberto Ríos Szalay, en el homenaje póstumo realizado en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca.
Organizado por el Instituto de Cultura de Cuernavaca de la Secretaría de Desarrollo Humano y Participación Social, que encabeza Laura Hernández Cruz, en conjunto con el Consejo de Cultura y las Artes del Ayuntamiento de Cuernavaca, familiares y amistades que aportaron lo necesario para lograr esta ceremonia, Adalberto Ríos Szalay, fue reconocido por el trabajo que por más de 50 años que no solo se limitó a lo fotográfico, sino trascendió también en los ámbitos antropológicos, históricos, académicos, gastronómicos, literarios, periodísticos y como un indómito y visionario servidor público.
Su arraigo y amor por Cuernavaca, ciudad que lo vio nacer en 1943, donde se formó con una educación verdaderamente pedagógica, como lo aseguró en sus testimonios y platicas recurrentes, en una escuela donde dijo, fomentaban el amor a sus orígenes, a su cultura, a sus tradiciones el Jardín de Niños “Resurgimiento” del cual se refiere con orgullo en diferentes conversaciones.
Amistades que en diferentes momentos de su vida llegó a cosechar, se refirieron a Adalberto Ríos Szalay en emotivas y anecdóticas participaciones durante este homenaje, como es el caso de Cecile Camil, María Helena González, Miguel Ángel Cuevas, Marcela Tostado, Carlos Villaseñor, Graciela Mota, Gustavo Garibay, Lya Gutiérrez Quintanilla, Roberto Abe Camil, el director del Instituto de Cultura de Cuernavaca, Juan Contreras de Oteyza, quienes coincidieron en la calidad humana de este morelense por excelencia, que en sus diferentes etapas de trayectoria no tuvo recato en expresar lo que pensaba, lo que veía y lo que idealizaba, siempre fiel a sus convicciones.
Su hijo Ernesto Ríos Lanz, previo a la presentación del video con testimoniales y fotografías del “Archivo Compartidos Tres Ríos”, agradeció la suma de esfuerzos para lograr este homenaje a su padre, quien también fue un incansable viajero, dentro y fuera del país, con un reconocimiento de personajes con quienes tejió amistad en naciones de Hispanoamérica particularmente, y que vía video mensajes, dieron testimonios de su relación fraterna con el maestro Adalberto, que no gustaba de ceremonias para entregarle reconocimientos a su persona.
Su gran preocupación, manifestaron los participantes, es que el legado fotográfico que registró por varias décadas, tenga un buen resguardo, y que mejor que sea la Universidad Autonomía del Estado de Morelos (UAEM), donde en muchas ocasiones señaló que fuera el sitio donde este patrimonio quedará custodiado, un tema que darán seguimiento quienes también compartieron catedra y cabina de radio en su paso por Radio UAEM, la Facultad de Arquitectura y la Escuela de Turismo de la máxima Casa de Estudios del Estado.
Finalmente, para cerrar este de viarios homenajes contemplados, su amigo y colaborador en su etapa como Director del Instituto de Cultura de Morelos, Jesús Peredo, tocó y cantó el Corrido suriano dedicado al Maestro de varias generaciones, Adalberto Ríos Szalay.