A nuestra salud

 

Por Laura Cevallos

 

Mientras que los candidatos a la presidencia en Estados Unidos están en el jaloneo de quién da y quién quita seguridad social por cuestiones de popularidad/populismo y presupuesto, en México se ha ido sintiendo un verdadero cambio positivo en materia de seguridad social y de atención a la ciudadanía, al haber generado un impulso verdadero sobre la medicina preventiva y la ampliación de a quienes se les brinda cuidado de calidad.

Este es el mes rosa, octubre de salud de la mujer y de la lucha contra el cáncer de mama desde hace 36 años y, como es obligatorio, después de la consulta mensual de medicina familiar, que además he de decir que es cálida, agradable y con suplencia total de medicamentos, fui a medicina preventiva para los exámenes anuales que corresponden a este mes. Me dieron cita para el día siguiente y fui atendida con esmero y respeto, con una gran sonrisa de todo el personal de salud y administrativo. A partir del esquema de Salud para el Bienestar se ha ido aumentando la atención en más clínicas y hospitales, pero también en el número de días; ahora hay atención en sábados y domingos, haciendo que los demás días haya menos gente en las filas.

El comentario no es para presumir, sino para hacer notar la profunda diferencia en las ópticas de gobierno. Los modelos estadounidenses Medicare, Medicaid u Obamacare son mecanismos de salud con que negocian precios de medicamentos y el apoyo de la industria farmacéutica, pasando por encima de los derechos de las personas a recibir atención a su salud o ejercer derechos e, incluso, pudiendo derogarse los ya ganados como el derecho al aborto, con tal de llevar adelante una campaña política, como lo logró Donald Trump. La Cuarta Transformación, en cambio, reorientó los esfuerzos de la Secretaría de Salud para modificar la misión y la visión del personal y la administración general del sistema hospitalario y médico de México todo, empezando de lo particular, -los municipios-, hacia arriba, comprendiendo que la salud es un derecho fundamental y no una bandera con la que se puede lucrar.

En tiempos que vemos alejarse cada vez más, las medicinas eran el botín de algunos funcionarios que servía tanto para enriquecerse al monopolizar su adquisición/distribución, como para presionar y obtener cotos de poder, pero la disciplina férrea del presidente López Obrador al no dejarse intimidar hizo que hoy podamos empezar a sentir ese cambio de dirección que significa que los ciudadanos sean el objetivo principal del Estado y, por ende, la brecha que separa a los más pobres de los más privilegiados, se acorte, porque se reconocen las carencias había y se avanza para subsanarlas. El sexenio de la Presidenta Sheinbaum continuará por ese camino.

Si en realidad el mundo vive tiempo de mujeres, sería una bocanada de aire fresco para la ciudadanía de Estados Unidos, ver llegar a la primera mujer presidenta que inicie protegiendo el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Esperablemente sería el primero de muchos otros derechos que deben defenderse a profundidad en aquella nación.