Rodolfo Gutiérrez Martínez
Cuernavaca, Morelos; 29 de junio de 2022. A partir de la una de la tarde con 15 minutos, los relojes del torreón de Palacio de Cortés volvieron a marcar la hora, continuando así como uno de los iconos de la capital morelense.
Quedaron detenidos desde el 19 de septiembre del 2017, cuando el temblor de 7.1 grados en la escala de Richter provocó que se detuvieran sus manecillas a la una de la tarde con catorce minutos.
La imagen de uno de ellos, con media carátula afuera, fue la que dio la vuelta al mundo como símbolo del desastre que sucedió en Morelos.
El torreón se tuvo que desmantelar completamente, piedra por piedra, y durante los trabajos se encontró una cabeza de serpiente prehispánica, la cual formará parte ahora de la colección del Museo Regional Cuauhnáhuac.
La estructura pasó de tener un peso de 44 a sólo dos toneladas, gracias a los trabajos de reconstrucción; los materiales que antes tenía eran piedra braza de origen volcánico, tabique rojo y cantera labrada para los adornos, mismos que fueron sustituidos por una estructura con una placa de acero en su base, así como madera tratada en toda la parte de la elevación, informó el director del Centro INAH Morelos, Víctor Hugo Valencia Valera.
Desde la tarde de este miércoles, el centro de la ciudad vuelve a escuchar cada 15 minutos las campanadas de los relojes del torreón, que fueron restituidos de su maquinaria por una empresa de Zacatlán de las Manzanas -localidad ubicada en el estado de Puebla-, especializada en relojes monumentales.