Personas con enfermedades crónicas degenerativas deben llevar un control adecuado para evitar deterioro auditivo
Cuernavaca, Morelos; 4 de marzo de 2024.- Los problemas auditivos se presentan en la mayoría de los casos sin importar edad, sexo o estado inmunológico por acumular cerilla o cerumen en el oído, indicó la otorrinolaringóloga adscrita al Hospital General Regional con Medicina Familiar (HGR/MF) No. 1 en Cuernavaca, Paulina Engambira Gómez.
“También se observa frecuentemente cuando hay moco excesivo a causa de una infección o alergia puede bloquear la trompa de Eustaquio, el pequeño canal que conecta la garganta con el oído; lo anterior tiene muchas veces una curación exitosa al ser tratada oportunamente”, señaló.
Explicó que la dificultad para escuchar a la gente y los sonidos, se presenta por una pérdida de la capacidad auditiva de manera gradual, relacionada con la edad que se llama presbiacusia, la cual explicó, se trata de una muerte esperada por el tiempo de vida de las células del órgano auditivo encargadas de transformar los sonidos en señales cerebrales y así poder escuchar.
Añadió que, en el IMSS Morelos se cuenta con con el servicio de Otorrinolaringología y Audiología, en donde especialistas capacitados pueden detectar cualquier problema auditivo y brindar en caso necesario el tratamiento oportuno correspondiente.
Asimismo, la especialista mencionó que existen condiciones para la pérdida repentina de la audición, esto por virus o ciertos fármacos, como la aspirina, los antibióticos administrados por vía intravenosa, los medicamentos quimioterapéuticos y los diuréticos, los cuales pueden provocar sordera irreversible, por lo mismo comentó que, “siempre bajo indicación médica se debe llevar un tratamiento”.
También, detalló que algunos factores que pueden provocar la pérdida del oído son: la edad, la genética, enfermedades infecciosas de oído y garganta en la niñez y/o vida adulta, exposición ambiental en trabajos, actividades o pasatiempos con alta exposición al ruido o que involucren dispositivos sonoros de ruido o música a alto volumen, sobre todo con audífonos, así como conducir por periodos largos de tiempo vehículos como motocicletas, camiones, trailers, etcétera.
La doctora Engambira Gómez resaltó que algunos síntomas de baja audición en niñas y niños son: retraso en el lenguaje, bajo despempeño escolar, alteraciones en conducta por no entender indicaciones y problemas del desarrollo intelectual. Mientras que en adultos señaló, puede presentarse aislamiento social, problemas laborales y personales, demencia senil, depresión, entre otros.
De acuerdo con la doctora, “sentir los oídos tapados y la audición a lo lejos o disminuida, no es normal y más si se acompaña de dolor, zumbidos o dificultad para mantener el equilibrio”.
Al respecto, recomendó a las y los jóvenes limitar la exposición a los ruidos fuertes (conciertos, bailes y reuniones culturales, religiosas o deportivas con multitudes, música, voces y sonidos altos que acostumbres con frecuencia en horas o días), esto porque cualquier sonido que supere los 85 decibeles coloca a las personas en situación de riesgo.
Recomendo a la población en general no introducir cotonetes, palillos, pasadores, llaves o cualquier otro objeto al oído ya que es un espacio sumamente pequeño de no más de 24 milímetros (mm) con alto riesgo de perforación timpánica que puede llevar una larga recuperación que incluso amerite cirugía.
También, pidió llevar un control adecuado de las enfermedades crónicas degenerativas (diabetes mellitus, hipertensión, dislipidemias), ya que el descontrol de las mismas, puede provocar un rápido deterioro auditivo.
Finalmente, refirió que las y personas con daño en el oído deben visitar oportunamente al Médico familiar para una revisión en caso de malestar en oído, nariz y garganta; así poder recibir un tratamiento oportuno y en caso necesario ser canalizado con el médico especialista para una valoración.