Magda Díaz
Cuernavaca, Morelos; 9 de marzo de 2020. Estudiantes de diversas facultades de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) se adhirieron a la manifestación “El nueve nadie se mueve”, mediante la cual suspendieron clases y acudieron a diversos edificios del campus para realizar pegotes de panfletos donde denuncian ser víctimas del hostigamiento de profesores.
Posteriormente clausuraron de manera simbólica el acceso a la rectoría, en este acto exigieron a diversos funcionarios universitarios encabezados por el rector Gustavo Urquiza Beltrán, al procurador de los derechos académicos, del Programa de atención a víctimas, y diversos directores de facultades dar respuesta ante la violencia escolar, laboral, sexual que se presenta en la UAEM.
Un día después del Día Internacional de la mujer, las universitarias criticaron que las autoridades no dan respuesta ni seguimiento a las denuncias que han hecho no solo alumnas, sino también docentes, investigadoras y trabajadoras de la UAEM.
“Hoy venimos a visibilizar que en esta institución educativa no cuenta con estrategias eficaces para erradicar la violencia que existe en los diversos espacios académicos, estamos enojadas de tener que asistir a clases e incluso de tener que darnos de baja ante la falta de soluciones que garanticen que nos veremos más en las aulas o pasillos a los hombres acosadores; nos sentimos asqueadas de la impunidad con la que operan muchos docentes”, explicaron las voceras de las universitarias.
Las estudiantes quienes vestían de negro y portaban distintivos verdes y morados, criticaron la forma en la cual opera el protocolo de actuación para la prevención y atención temprana de casos de violencia, que no incluya sanciones. Por ello, pugnaron a que se constituyan sanciones ejemplares en contra de quienes cometen violencia en contra de los alumnos.
Se pidió que se capacite a los docentes en materia de perspectiva de género, para prevenir relaciones desiguales con las estudiantes y acoso sexual.
Demandaron se consoliden modificaciones al estatuto universitario para añadir el tópico de violencia de género como una falta grave que sea sancionada con expulsión inmediata.
